Satanás: los deseos que se
encuentran en el infierno
Por: Natalia Tamayo Restrepo
Y Jesús les dijo: Aquel de ustedes
que esté libre de pecado, que tire la primera piedra (Juan 8:8)
La
noche del 4 de diciembre de 1986 en Bogota, Colombia, un excombatiente de
Vietnam, asesinó a más de 30 personas; suceso que el escritor Mario Mendoza
decidió utilizar para escribir Satanás, libro basado en la historia
protagonizada por este ex comandante y que se cruza con la vida de una
estafadora y un padre que le dan vuelta al concepto de pecado y soledad.
La
adaptación al cine la realizó Andy Baiz, un visionario cineasta colombiano que
capto la esencia y el poder de los deseos carnales y espirituales del hombre que
en muchas ocasiones lo llevan a actuar en contra de lo que es, o que al
contrario devela cual es esa identidad del ser que siempre estuvo retenida.
Las
diferentes manifestaciones que presenta el pecado en el film es lo que más me
atrae, pues este se manifiesta con la lujuria, la avaricia y la muerte, todos
acompañados de una insaciable soledad que le da significación a lo que se tiene
y lo que se perdió.
El
personaje de Paola, una joven vendedora de tintos de una plaza de mercado que
en procura de una mejor vida se convierte en una estafadora de hombres
adinerados, cayendo así en el pecado de la avaricia y más tarde en el de la
muerte. Ernesto un cura de la iglesia católica se enfrenta a un caso de
asesinato en su comunidad (una creyente que estaba en la pobreza extrema y que
decidió asesinar a sus hijos para que no sufrieran mas) y como humano que es sufre a causa de las
debilidades del corazón y la lujuria de la de la carne. Y Eliseo, un militar
retirado que dicta clases de inglés particulares, que se envuelve en el deseo por
una mujer que lo lleva a la locura y a la muerte.
El
2007 fue el año que se estreno la película, un año que en materia de estrenos
en el cine colombiano, tuvo aproximadamente unos 10, entre los que se
encuentran películas como bluff y paraíso travel. Y fue grabada en Bogotá, la
capital del país, una ciudad friolenta por clima pero en la que muchos de sus
habitantes también son así, personas frívolas, poco amables y que no comparten
mucho de su vida con otros.
Como
ya había mencionado, el film es una adaptación literaria del libro Satanás
escrito por Mario Mendoza, y el libro fue inspirado en una historia de la vida
real, en la que Eliseo (llamado así en la película y el libro) es en realidad Campo Elías Delgado, un veterano de la guerra de Vietnam
que peleo en las filas del ejército de Estados Unidos y que el 4 de diciembre
de 1986 asesinó a 30 personas e hirió a 15 más, en el edificio donde vivía y en
Pozzeto, un restaurante de Bogotá, Elías antes de la masacre sobrevivía dando
clases privadas de inglés y estaba desarrollando estudios de pregrado en la
Universidad Javeriana., además, estaba escribiendo un ensayo literario
sobre la novela de Stevenson “El extraño caso del doctor Jekyll y Mister Hyde”,
libro que la policía encontró entre su chaqueta después de los asesinatos. (1)
La
historia me parece fascinante, todo lo que se cuenta siempre tiene una causa y
efecto, y eso detona el conocimiento que tiene el guionista para escribir
historias que captan la atención del público y que incluso tiene consecuencias
después de ver la película, pues te pone
a pensar sobre temas como la dualidad que un ser humano puede tener, los
conflictos, miedos y deseos que tiene y que perjudican la vida de otros.
En
cuanto al manejo técnico, me parece muy interesante los manejos de cámara y el
uso de planos detalles que usan en la película para mostrar acciones u objetos que
narran más que las mismas palabras, es así como las gotas que caen de un grifo,
unos stickers, las letras de un libro y las imágenes religiosas, hablan de la
soledad que estos tres personajes viven a diario.
Ese
silencio que narra la soledad me gusta
mucho, dado que la soledad para algunos es concebida como un temor que siempre
rodea la vida del hombre y para otros (para mí) un tiempo para reencontrarse a
sí mismo; pero esa misma relación entre silencio y soledad de la película me
pone a pensar hasta que punto estar solo y estar rodeado de silencio, puede
hacerle bien a tu salud mental, a tus deseos por alcanzar los sueños y metas
que se tiene.
Otro
de los tópicos que me llamaron la atención de este film es el del pecado; algún
día hace mucho tiempo Jesús dijo que la persona que estuviera libre de pecado
que tirara la primera piedra, y esas palabras de Jesús se relacionan con lo que
muestran en la película. Al principio muestran una madre que asesina a sus
hijos porque no es capaz de verlos sufriendo por comida, reacción que a mi
parecer aunque es un poco demente, si se puede justificar porque sería peor en
un futuro ver a los hijos sufriendo por las situaciones malas en las que
pasarán. Luego Paola que paso por una violación decide tomar justicia por su
propia cuenta y matar a esos violadores que abusaron de ella, reacción que para
mi va demasiado lejos, pues nadie es dueño de la vida de la gente para ir
quitándosela cuando quiera, aunque como se dice por ahí: se debe de vivir una
situación para entender lo que los otros hacen. Después, Ernesto, el cura de la
iglesia se vio supremamente tentado hacia las mujeres y hacia los placeres de
la carne que decidió dejar su llamado al sacerdotado y convertirse en un humano
que disfruta del sexo, las mujeres y la vida, decisión que felizmente comparto
ya que un hombre aunque tenga “el llamado” para el sacerdotado sigue siendo
hombre que siente, que ama y que se apasiona por otras personas. Y finalmente
Eliseo que llevaba una vida tranquila hasta que se enamora de Natalia, su
estudiante de inglés, acción que le crea una locura cuando se entera que ella
no siente lo mismo, y que provoca el asesinato de su estudiante, su madre, y
otras 28 personas que sufrieron a causa de su locura.
En conclusión el pecado en este filme es tan fuerte, tan amargo y
a la vez tan sorprendente que hace de esta película una de mis favoritas del
cine colombiano y convierte a Andres Baiz en un director al cual admirar, pues
logró a través de las imágenes captar esa maravillosa esencia que tiene el
proceso de cambio de un individuo normal, al de un asesino que consumido por la
soledad y la frialdad de la gente decide que lo mejor es terminar con su vida,
haciéndolo de la forma en la que pueda honrar ese pasado que para él fue tan
glorioso. Asesinatos devastadores que unieron las historias de vida de varios
pecadores que al final terminaron en un infierno terrenal que los consumió a
todos.
Por: Natalia Tamayo Restrepo